Se complica la campaña de aceite de oliva

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Un artículo de: olimerca.com

Ante la menor producción de aceite nuevo y la caída de las existencias

Si el pasado mes de octubre, cuando se conocían las estimaciones de cosecha de la Junta de Andalucía, todo eran buenas noticias para el campo y para la industria, hoy las cosas parece que no pintan tan alegres.

Según datos provisionales de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) en los dos primeros meses de campaña la producción de aceite de oliva sólo ha sido de 102.000 toneladas, cuando el año pasado por estas fechas ya teníamos elaboradas 218.000 toneladas. Las condiciones climatológicas de la primavera y el verano, unido a las lluvias de noviembre, no han ayudado a que el fruto madure de forma adecuada, con los que los rendimientos se están quedando tres puntos por debajo de la media.

Por otra parte, las salidas en el mes de noviembre han llegado a las 102.700, a lo que hay que sumar las importaciones, ligeramente inferior a las del mes de octubre cuando se alcanzaron las 122.000 ton.

Con estos datos de producción y salidas no es de extrañar que las existencias en poder de almazaras y envasadores se están viendo muy ajustadas en estos momentos. Hablamos de 136.700 toneladas en poder de los productores y de 126.400 en manos de los industriales envasadores que unido a las 5,2 mil toneladas en los almacenes del PCO, nos arroja un volumen de aceite disponible de 268.200 toneladas, frente a las 323.000 que teníamos en las mismas fechas del año anterior.

Opinión de Olimerca

En este contexto, no hay que precipitar las tomas de decisiones. Aunque hay argumentos para dar un nuevo impulso a los precios en origen, ante las cortas existencias y bajas producciones, conviene tener la cabeza fría y mantener la calma. Sin lugar a dudas que tenemos un momento complicado puntual, dado que todavía no se están llenando las bodegas con el nuevo aceite, pero tenemos que evitar los negativos dientes de sierra en los precios, para facilitar una estabilidad en el mercado que permita no sólo seguir manteniendo nuestras exportaciones, sino también incrementar nuestro consumo interior, tan deteriorado en el pasado. Es el momento de frenar la bajada de precios en origen de las últimas dos semanas, que ya se sitúa en el 23%, respecto al mismo periodo del año anterior