Fuente: Mercacei.com
Investigadoras de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con el Institut National de Recherche en Sciences et Technologies pour l’Environnement et l’Agriculture (IRSTEA) de Montpellier (Francia), desarrollan aplicaciones para la evaluar la calidad del aceite de oliva basadas en la fluorescencia de sus compuestos nutricionales.
Según ha destacado la UPM, en la actualidad, la comercialización del AOVE se ha vuelto cada vez más exigente en la evaluación de la calidad y trazabilidad y el sector oleícola está sometido al cumplimiento de reglamentos y normativas que establecen numerosos análisis laboriosos, lentos y costosos.
Ante esto, la aplicación de la espectroscopia de fluorescencia permite desarrollar procedimientos fáciles de implementar, rápidos y con un menor coste económico y medioambiental con ausencia de disolventes y reactivos. Además, según el centro docente, estos procedimientos podrían aplicarse en cualquier eslabón de la cadena de valor, desde el productor hasta el consumidor final.
El creciente interés por este producto, en especial el aceite de oliva virgen extra, se fundamenta en sus cualidades beneficiosas para la salud y en sus atributos sensoriales, ya que es rico en ácidos grasos monoinsaturados y en compuestos antioxidantes, y presenta una amplia gama de matices aromáticos y gustativos. Precisamente, los principales compuestos relacionados con estas cualidades son fluorescentes. Por ello, el grupo de investigación de la UPM Laboratorio de Propiedades Físicas y Técnicas Avanzadas en Agroalimentación (LPF_Tagralia) ha desarrollado metodologías basadas en la espectroscopia de fluorescencia para evaluar la calidad del aceite.
Se basa en hacer incidir un haz de luz de excitación en la muestra de aceite. Los compuestos fluorescentes reaccionan y emiten un nuevo haz de luz que es recogido en forma de espectro y analizado posteriormente con herramientas de análisis de datos.
Las huellas de aceites de distintas calidades son diferentes debido a su composición y al manejo sufrido a lo largo de la cadena de valor. “La distinta composición puede tener su origen en la variedad de aceituna, los procesos de extracción en almazara, los procesos industriales de refinado, mezclas de distintas calidades, exposición al calor, a la luz, y al oxígeno en el almacenamiento”, ha precisado Natalia Hernández, otra de las investigadoras del grupo de la UPM.
El resultado de los trabajos desarrollados ha dado lugar a diversas publicaciones científicas internacionales y ha sido premiado en dos ocasiones en el Congreso de Agroingeniería de la Sociedad Española de Agroingeniería.